En plena
campaña municipal hay cosas que se ratifican y se repiten insistentemente.
Estas
campañas políticas son expresión de una anti-democracia y desigualdad enorme y
el factor principal de esta desigualdad es la plata con que cuentan las dos
derechas para su despliegue.
Esta el
uso cotidiano de los medios de comunicación, que es sin o con campaña, en
realidad es una campaña permanente y por otro lado el gastadero de plata para
contratar el personal necesario, los materiales de todo tipo, los regalos a los
votantes, los spot publicitarios, el pago de arriendo por murallas, y un
impresionante etc. En resumen el gasto es de millones de dólares.
El
partido comunista, el PRI, el PRO, el MAS, no se quedan atrás en esta
“inversión política”, quizás con algo más de decencia pero en una lógica
parecida.
Los
sectores populares, los que tenemos pocos recursos podríamos alegar que esto no
es justo, que es una expresión más de las diferencias sociales y de clase que
existen en el país y por tanto optar por no dar esta batalla, porque es
groseramente desigual e injusta.
Además
se enfrentan la lógica del mercado electoral (ellos), versus, la lógica de la
participación social y democrática (sectores populares y ciudadanos).
Pero al
igual como es desigual la batalla contra los patrones en las industrias, en las
escuelas y en todos lados, la unidad puede hacer la fuerza y también la
inteligencia de una táctica política puede marcar diferencias.
En este
tipo de contienda como en cualquiera que den los revolucionarios debemos fijar
muy bien los objetivos a lograr y en base de esos objetivos ver si ganamos o perdemos.
Los
objetivos para la Izquierda Popular, que concretizamos un pacto extra-legal,
con el naciente Partido Igualdad, en estas elecciones municipales son
fundamentalmente tres.
1.- Que
donde podamos, exista una alternativa de carácter popular y revolucionaria a
las dos derechas y sus aliados. En el caso nuestro la izquierda popular
anti capitalista.
2.- Que
construyamos asambleas de izquierda popular que impulsen la creación de poder
popular con o sin elecciones.
3.- Que
fortalezcamos en presencia, crecimientos e influencia nuestras organizaciones,
en el caso nuestro el MPMR.
Los
votos son relevantes, el salir o no electos también, pero lo principal son los
objetivos anteriores en esta etapa de nuestro desarrollo. Serán elecciones y
movilizaciones futuras las que a lo mejor pondrán el acento en el objetivo de
lograr compañeros (as) electos para tener mejor infraestructura para
desarrollar el poder popular, si lo logramos ahora sería muy bienvenido, pero
somos optimistas aterrizados.
Las
experiencias de Quilicura, Recoleta, La Florida, Peñalolen, La Serena,
Coquimbo, Canela y otras comunas muestran que la decisión de asumir en esta
etapa formas de lucha electorales, junto a la participación, creación y apoyo a
las movilizaciones sociales, han sido acertadas y ya están dando sus frutos.
Podemos
entusiasmarnos en que la izquierda Popular y el MPMR son posibles, porque son
necesarios y son útiles para el trabajo de la creación de Poder Popular
Revolucionario.
Leandro
Torchio Briceño
MPMR-
Izquierda Popular.
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